16.7.12

Puerta cerrada

Tuve una casa hermosa. Grande. Acogedora. Crecí con ella. Guardé mis mejores secretos. Supo ser aliada en tiempos buenos y malos. Renegué muchas veces, pero también la disfruté a pleno. Y hoy le digo adiós. La vida quiso que deje de ser mi casa. La de mis padres. La que pensé que algún día Anita sería parte. Ya no. El destino apostó por otra cosa, y la tristeza es grande. A la calle Mendoza 3969 ya no la veré con los mismos ojos. La voy a extrañar. Fue, sin dudas, una gran parte de mi vida. Y la de muchos...