31.10.08
Noche de Brujas
21.10.08
IT, no existís

Ah, me olvidaba, el estreno es el 26 de octubre, a las 20.00, en el shopping del Portal. Están invitados, pero no a tomar el té.
20.10.08
Breve comentario al paso
Viendo fútbol anoche, mi cabeza reflexionó en silencio y dijo: "qué loco los tiempos. Pensar que antes los jugadores cuando pedían refrescarse, les acercaban una bolsita de plástico con agua adentro" Puta, che, el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejo. ¿Alguien se acuerda?
13.10.08
Made in China
Te pido un minuto de tu vida. Sólo eso. Ah, una cosa más: subí el volumen, porque te vas a reír cuando lo veas. ¡Genios!
7.10.08
Si querés llorar, llorá

¿Te diste cuenta que fuimos la última generación que aprendió a jugar en la calle? Como así también en los recreos del cole, ya sea a las bolillas, a la escondida o al elástico. A la vez, somos los primeros que disfrutamos de los videojuegos. Es más, antes el 1 de noviembre era el día de todos los Santos y no Halloween como lo es ahora. Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casettes y los pioneros del walkman. Lloramos con Carrusel, y nos moríamos si no llegábamos a ver Montaña Rusa o Amigovios. Obvio, también nos tragamos todas las temporadas de Kevin creciendo con amor. Jugamos con el tetris, el Mario Bros o el Wonder boy; y, por supuesto, reventamos los australes en fichas (hoy tarjetas) tratando de llegar a la maldita final. Pero siempre guardábamos una para "la catarata" tratando de sacar más. Somos de la Generación de Robotech, Gi Joe, Los Halcones Galácticos, Thunder Cats, Transformers, Jem, He-Man y las Tortugas Ninja; cómo olvidarnos también de Supercampeones, Arco Iris Rainbow Bright y Frutillita. Un fardo de dibujos que eran excelentes. Crecimos escuchando a Soda, Michael Jackson o a los Guns. También estaban las Azúcar Moreno, Los Locomía y sus abanicos. Nos emocionamos yendo al cine a ver Chatrán, ET, Mi amigo Mac, la Historia sin Fin. Tomábamos la leche con Nesquik. Y cómo olvidarnos del Mundial 90 y su verano italiano. O a las primeras hojeadas a un diario que no se editaba por internet. La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces. No había celulares. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila y no tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas. Comíamos dulces (caramelos Sugus y palitos de la selva), disfrutábamos los chicles Jirafas y tomábamos bebidas, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo, punto. Compartimos todo y nadie se contagiaba de nada, excepto de los piojos del cole
pero se solucionaba lavándose la cabeza con vinagre caliente. También -para lo más afortunados- con el Robicombi. No tuvimos PlayStation. Sí existía el Family Game y luego el Sega. No había como ahora 99 canales de televisión, pantallas planas, sonido sunround, mp3, ipods, computadores e Internet, pero nos lo pasábamos de lo lindo tirándonos bombitas de agua o manguereándonos. Bebíamos agua directamente del caño, agua sin embotellar, donde tambén la disfrutaban los perros. Y nunca escuchamos sobre el calentamiento global. Presumíamos jugando a la botella o al verdad consecuencia, no en un chat diciendo BOLUDECES o "poneme la camarita", ni pretendíamos llamar la atención mediante un fotolog. Qué sé yo... eran otros tiempos, tiempos felices, por eso, si querés llorar, llorá. Yo ya lo hice.

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