23.9.09

Mensajes subliminales (sólo para entendidos)

Don Adolfo de la Vega debe sentirse contento. Sucede que hace más de un año, un loco, mientras veía tele, observó una performance única y se le ocurrió una idea genial, que le haría ver millones de Roca morados. El hombre, entonces, fue al centro, hizo una llamada (ahora en inglés), aguardó hasta dos minutos y… ¡sucutrule! Nació todo. Pará, che, no sólo eso: de esa genialidad, además, surgieron personajes únicos, que sólo en Tucson City existen y estaban escondidos: el doble de Toti; Miss ok; fofó Dari (iiiiiiii); Bruce Lee gordo; el que tiene apellido de papa; marca de vino trucho y así un montones más. Sin olvidarse los que tienen cargos con nombre de horario de la tarde…
Pero lo que importa es lo que hizo este hombre. Para aplaudirlo. No la dudó y, en un abrir y cerrar de ojos, contrató a robotitos (me incluyo) para que le facturen un fangote de guita por día y sea feliz de por vida. Lo consiguió, por supuesto. Hoy, tiene casi mil y pico de 007 (ya saben lo que ese número), cosa que no es poco. Todo bien. Laburo para algunos, algo importante. Lo que da bronca es ver a personajes que piensan, como son un cacho más (en ese lugar solamente), creen te pueden manejar como quieran. Muchas cabezas ya se cortaron. Y muchas más habrá por decapitar. Pero no todo es negativo. Hay gente copada, que hace el aguante. Veremos qué pasa en un futuro no muy lejano. Mientras tanto, sigo pensando en lo bien que hizo este hombre (con ayudín del ruso) y en por qué escribí esto dejando, por supuesto, mensajes subliminales.

4.9.09

¡Whisky!

Hermosas como siempre, las chicas comenzaron a llegar al centro comercial donde Víctor, el fotógrafo, las esperaba para el gran retrato del año. La primera en caer fue Blancanieves, acompañada por sus guardarodillas, los siete enanitos. "Espejito, espejito, quién es la más bonita de todas", decía esta mujer de tes blanca que tenía, no se sabe por qué, una obsesión por las manzanas.
Luego, sin perder tiempo, llegó Ariel. Esta sirenita estaba serena, pero con un olor particular. Es que afuera del lugar la sensación térmica marcaba 41 grados y la baranda a pescado frito era terrible; aunque para algunos, delicioso. “Disculpe la demora, buen hombre, vengo de hacer una denuncia en la policía”, le aclaró a Víctor. Según cuentan, Popeye el marino venía acosando hace días a la dama y por tal motivo tuvo que recurrir a los "azules".
Atrás de ella, la tercera en caer fue Cenicienta junto a sus tres tristes hermanastras, que no paraban de decirle: “hasta las 12, chiquita. No más; hasta las 12, eh”. Pobre niña, no sabía cómo sacarlas de encima a estas molestas.
El olor a pescado que estaba impregnado en el salón, de pronto, se cambió por el de flor, que perfumó el lugar. Era Jazmín, que llegaba de su mundo ideal, donde todo lo que pedía esta princesa se le hacia realidad. Aunque, se sabe, esta mujer es un poco obsesiva. “Uh, me olvidé de apagar la lámpara. Me va a salir carísima la luz”, dijo.
Apurada y renegando Bella fue la siguiente en aparecer. “Sorry por la tardanza. Mi novio es una Bestia manejando y chocamos. Además, no sé por qué, pero mi reloj nunca apareció”, se excusó.
Risas de aquí, de allá, fue entonces que llegó re loca, como siempre, Alicia, acompañada por un gato, que, según ella “le hace ver un país de maravillas” (pero la verdad es que la rubia toma éxtasis). "Feliz no cumpleaños para todos", celebró.
El clima era ideal. Sólo faltaba una mujer. Y media hora después apeareció la última. “Perdón, me dormí”, dijo Bella Durmiente, a medio arreglar.
Ya con todas en el lugar, sin perder tiempo Víctor acomodó a una por una para lograr una gran toma. Tenía que ser la mejor fotos de todas. Porque era la de ellas, las princesas que de chicos no hicieron reír, emocionar y hasta desearlas. "A ver... ¡Digan whisky!", tiró el hombre de la cámara. Así, colorín colorado, la foto quedó en un cuadro, para todos los colgados.