31.10.08

Noche de Brujas

Ahí está ella, sola con su disfraz de princesa, aguardando que la pasen a buscar. Hoy es su día, el que tanto esperó y por fin llegó. Es Noche de Brujas. Halloween para todos. “Dulce o castigo”, ensaya en forma de broma, mientras espera el auto encargado en recogerla. Tiene una fiesta. Y su príncipe estará ahí. Luli de nombre, una piba con todos los condimentos adecuados: Belleza, simpatía y humildad. Sexy como su lunar en la cara, no ve las horas de salir. Sin embargo, sigue aguardando. Mira el reloj una y mil veces. Nada pasa. De las 8 a las 11, en un pestañar de ojos. Sus primeras lágrimas recorren su mejilla. Está triste. Demasiado triste. La fiesta ya empezó. De pronto, suena para la piba en ese momento, el sonido más hermoso del mundo: la bocina del flamante R12, auto asignado en llevarla. Su rostro pasa de la tragedia a la comedia, como si fuera las dos máscaras del teatro. Se pone feliz. Tiene motivos. Una última mirada en el espejito (que le dice que es la más linda) y a romper la noche. Con una sonrisa de oreja a oreja, agitando sus manos en cámara lenta, sale. Todo se vuelve lento. Y… ¡PUM! No vio el poste. Se lo tragó. Como así también a su diente de adelante. Todo al carajo: disfraz, príncipe, belleza… ¡TODO! Derecho al dentista. Encima, no tiene obra social. Bueh, de todo esto, algo quedó claro para Luli: Halloween fue una verdadera noche de brujas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre Luli… este Halloween lo vivó como un verdadero martes 13 (estoy segura que el muchacho que aguardaba en el R12 era muy parecido a Jason jajaj y se golpeó para no terminar en sus brazos jaja).
Me encantan las historias de amor con finales no felices, basta de caretas!!! A propósito de caretas… Se que los argentinos nos reinventamos todo el tiempo, pero no entiendo porque absorber costumbres culturales extranjeras que nada tiene que ver con nuestro vida, en un ecosistema subtropical con estación seca como Tucson jaja. Lo mas criticable del caso es que como siempre los yanquis tienen un gran patrimonio de tierras ajenas, ahora también de costumbres ajenas. Los celtas deben estar chochos, seguro que no lo patentaron asi que se quedan en el lugar sin chistar. Entonces si los Argentinos nos podemos quedar tranquilos, hagamos de Halloween una fiesta nacional… total… el que le roba a un ladrón…

Jajaj eso es todo amigos!!! Ya hice mi descargo…

Saludotes Chichennnn, como siempre sos un Gran Blogudo!!

::: Maru :::

Anónimo dijo...

Chicho... ¡quiero saber qué pasó después!No dejes el capítulo así...¡pobre! Pero, si es su "príncipe"...debería quererla sin dientes ¿o no? ¿Los hombres miran los dientes? Qué se yo... espero el final...

Anónimo dijo...

ESTIMADA MARU, ME LLAMO FRANCISCO, AMIGO Y COLEGA PORTEÑO DE CLARIN DE UN TIPAZO COMO CHICHO. TENES RAZON, EL HALLOWEN ES UNA TRADICION YANQUI, IMPUESTA POR LA GLOBALIZACION. LOS MISMOS YANQUIS NO SABEN QUE FESTEJAN, ES UNA CELEBRACION CELTA CUYOS ORIGENES SE REMONTAN A LA EDAD MEDIA

PD: Asì quedarà San Martín (COMO LA MUCHACHA del relato) cuando los derrotemos en La cIUDADELA. vAMOS BOCA TODAVÌA pd: SOY UN TABLONERO, SOY UN TABLONEROOOOOOOOOOOOOO, VIVA EL TABLÒNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN

María Abraxas dijo...

Que buena historia Chichon!!! me encanta que se llame Luli, me encanta el lunar de su cara y me encanta que haya terminado mal su noche de brujas. Si la pluma fuera mía, el relato sería autobiográfico a morir. Pobre Luli... aunque quizás en el fondo no le gustaba tanto la noche de brujas (otro americanismo más) sino solamente el príncipe que la vio, encima, en tremendo papelón. Felicidades de nuevo compañero; como siempre, leerte es un placer. Abrazo!

Lorena Tapia Garzón dijo...

Jaja, es como la publi de Brahma: una hermosa mujer que camina excéntrica por la calle ante la mirada de varios hombres deslumbrados por su belleza y... pufff, se golpea horrible contra una puerta de vidrio. ¡Es genial!

Holden Caulfield dijo...

¿Y qué mejor que caer a la fiesta herida y ensangrentada? ¡Era Halloween!

Anónimo dijo...

Jaja. Qué final el de Luli. Pobre princesa. Me encantó el remate, Chicho. Un abrazo.

Sabrina Konz dijo...

Alta joda.