7.10.08

Si querés llorar, llorá

Lo que leerán a continuación, seguramente ya lo habrán visto en otro lado. Pero este es distinto. Con estilo propio. Cambié algunas cosas y agregué otras. Decidí subirlo porque apenas me enganché con el original se me plantó un lagrimón. Sé que lo vas a disfrutar; sino lo hacés, es porque no naciste en los 80 y no tuviste una infancia excelente en los 90. ¡Enjoy!
¿Te diste cuenta que fuimos la última generación que aprendió a jugar en la calle? Como así también en los recreos del cole, ya sea a las bolillas, a la escondida o al elástico. A la vez, somos los primeros que disfrutamos de los videojuegos. Es más, antes el 1 de noviembre era el día de todos los Santos y no Halloween como lo es ahora. Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casettes y los pioneros del walkman. Lloramos con Carrusel, y nos moríamos si no llegábamos a ver Montaña Rusa o Amigovios. Obvio, también nos tragamos todas las temporadas de Kevin creciendo con amor. Jugamos con el tetris, el Mario Bros o el Wonder boy; y, por supuesto, reventamos los australes en fichas (hoy tarjetas) tratando de llegar a la maldita final. Pero siempre guardábamos una para "la catarata" tratando de sacar más. Somos de la Generación de Robotech, Gi Joe, Los Halcones Galácticos, Thunder Cats, Transformers, Jem, He-Man y las Tortugas Ninja; cómo olvidarnos también de Supercampeones, Arco Iris Rainbow Bright y Frutillita. Un fardo de dibujos que eran excelentes. Crecimos escuchando a Soda, Michael Jackson o a los Guns. También estaban las Azúcar Moreno, Los Locomía y sus abanicos. Nos emocionamos yendo al cine a ver Chatrán, ET, Mi amigo Mac, la Historia sin Fin. Tomábamos la leche con Nesquik. Y cómo olvidarnos del Mundial 90 y su verano italiano. O a las primeras hojeadas a un diario que no se editaba por internet. La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces. No había celulares. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila y no tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas. Comíamos dulces (caramelos Sugus y palitos de la selva), disfrutábamos los chicles Jirafas y tomábamos bebidas, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo, punto. Compartimos todo y nadie se contagiaba de nada, excepto de los piojos del cole pero se solucionaba lavándose la cabeza con vinagre caliente. También -para lo más afortunados- con el Robicombi. No tuvimos PlayStation. Sí existía el Family Game y luego el Sega. No había como ahora 99 canales de televisión, pantallas planas, sonido sunround, mp3, ipods, computadores e Internet, pero nos lo pasábamos de lo lindo tirándonos bombitas de agua o manguereándonos. Bebíamos agua directamente del caño, agua sin embotellar, donde tambén la disfrutaban los perros. Y nunca escuchamos sobre el calentamiento global. Presumíamos jugando a la botella o al verdad consecuencia, no en un chat diciendo BOLUDECES o "poneme la camarita", ni pretendíamos llamar la atención mediante un fotolog. Qué sé yo... eran otros tiempos, tiempos felices, por eso, si querés llorar, llorá. Yo ya lo hice.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Colaboro con un dato que en La Banda (tierra de innovaciones -la mayoria para robar-) hicimos efectivo a la hora de jugar al semaforo. Señoras y señores, con uds, el ROJO SANGRIENTE. No se trataba de un simple pico o un beso de amor... Como es de suponer, por estos pagos, a la hora de infringir la ley o pasarnos de la raya, somos capos. Por esto esta nueva modalidad. ¿En que consistía? BESO SANGRIENTE, mas conocido como CHAPE CON LENGUA.
Si no lo hicieron deberían probarlo. Altos recuerdos Chichem.
Ahi te ves!

Anónimo dijo...

Ah! me olvidaba...
El ROJO SANGRIENTE incluía IVA. A saber: Manito en la espalda, cintura, y demases...!!!
Daba pa una orgía, pero siempre andaba un viejo por ahi cuidando, asi q no daba.
Ahora si, ahi te ves chichem!
"NO VIVES DE ENSALADA"

Anónimo dijo...

Lindo cuadro de situaciòn. Somos la generaciòn juvenil atravesada transversalmente por la globalizaciòn. no se si serà mejor o peor ahora que antes, es diferente. esta modernidad me abriò puertas en el trabajo y en el amor.
pero, sin dudarlo, es imposible olvidar la letra de Un EState Italiana, las primeras hojeadas a un diario que no se editaba por internet, o mismo el Inglaterra Argentina de Francia 98,la primera mina que te dijo no, la epoca donde boca no ganaba nada. en fin.
la sabiduria del pasado con la energìa del presente.

Un abrazo, tucumano

Anónimo dijo...

Qué bueno, Chicho. Qué buenos recuerdos. Aporto uno: yo veía El agujerito sin fin, mientras almorzaba, antes de ir al colegio. Abrazo.

Anónimo dijo...

holaaa nene .. q buenoo lo q escribiste me encantoo .. y es verdad me hiciste recordar mi infancia jaja las cosas q veiaa aunq era muy chiquita jjaja .. pero igual hacia todo eso .. y veia esos programas .. la verdad q no habian tantas cosas como ahora .. pero q buenos recuerdos jeje ... buenoo un besoo .. y espero leer mas cosas como estas
q andes lindoo

Celess!

Anónimo dijo...

No nos olvidemos de Mazinger Z!

Hipotálamo dijo...

Genial, Chicho. Generás la evocación en voz alta, como "la ficha para la catarata". Cada vez que te leo noto que el puente entre aquellos niños y lo que sea que somos hoy no es tan distante en vos. Bravo. Y ya que estamos en lo de sumar datos: el juego de las patentes.
Por último, lo comparto con vos y tus fieles lectores. Se trata de Enrique Symns, un hombre que descubrimos con JP esta noche. Dice: "yo veo a los niños chiquitos y es maravilloso. Un niño hasta los tres años vive 7 mil años, porque no existe el tiempo. Luego, con el lenguaje, se le empiezan a transmitir conocimientos, como el tiempo. Lo agarra una maestra y lo convierte en un panadero, en un estudiante de sociología, ¡en una mierda! Sin sueños, sin poesía. ¿Cuántos quedan que sobreviven a ese matadero de almas en que consiste la educación? Porque un ser humano lo que tiene que hacer es nunca dejar de ser niño. O sea, ser un duende. Porque un duende es eso: un ser escondido en el rostro de un viejo".

-Anna- dijo...

Che!!! vos escribiendo esto y yo hablando boludeces en el chat jajajaja. Ahora no voy a hablar más.
Nah, posta...hay un montón de cosas, que como ya te habrás dado cuenta, no existen más en mi memoria reprimida. Pero me acuerdo de los videojuegos, de las computadoras esas de antaño, de los primeros celulares que parecían un ladrillo y que eran un embole porque en realidad hablabas con escasa gente (mi viejo tenía uno de la empresa, allá por el 95 si no me equivoco...capaz que estoy mandando cualquiera). Me acuerdo que vivía dando vueltas en el barrio y no volvía hasta la noche, me juntaba a ver dibujitos con mi mejor amiga a la hora de la merienda y tomábamos la leche con esas vainillas y otras galletitas que no me acuerdo el nombre. Tengo patente el Mario Bros, la videocasetera, y todas esas cosas. Festejaba mis cumpleaños en el Pumper que ahora ya no existe, fue demolido por algún McDonalds supongo...En fin, hay muchas cosas que me acuerdo y otras que no tanto. Y la verdad si dan ganas de llorar...muchas. Pero todas las infancias se van y hay que seguir viviendo...
Otra cosa que me acuerdo es que cuando iba al kiosko para que me den un peso en caramelos te llenaban una bolsa de caramelos copados, ahora de casualidad te dan 5 de los masticables jajaja, mirá las cosas que me acuerdo...

En fin, ya hablé hasta por los codos...me desaparezco :P

Viste que en algún momento iba a caer por acá a hablar pavadas??

Un besito Juan! (no hablemos más boludeces en el chat plis!! jaja)

Saudo dijo...

Sólo entré para aportar uno que me acabo de acordar: "14 la perdí", al menos así se llamaba en mi barrio. Por favor, si alguien se acuerda de este juego, que consistía en saltar sobre uno de tus amigos y soltarle la mueca que correspondía al turno, aporte datos. Es que me quedo en el 17. Un abrazo, nos vemos.

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14 la perdí
15 la encontré
16 la culandrera
17 taquito militar
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Anónimo dijo...

De pasada....
Sin lugar a dudas se olvidaron del mas combativo de todos, "El chavo del 8" sobrevivio a esa y muchas otras generaciones jejejej saludos!

María Abraxas dijo...

Que buena descripción chicho! Se me plantó más de un lagrimón. Me trajiste a la memoria a Kevin, creciendo con amor! que serie papá!!!! Mi amigo Mac, sin palabras. Y así todo... Yo también recuerdo a Corky, la fuerza del cariño. Felicidades por el blog de nuevo querido. Siga así, beso grande!!

Anónimo dijo...

La casualidad me trajo hasta aquí y el susto de tapalín también lo llevo conmigo je je... me quedé leyendo y sí, me hiciste llorar, qué epoca! yo pasé mi infancia en Horco Molle y fue lo más maravilloso de Tucumán, una época en la que no renegaba (más que en navidad) de haberme alejado de mi Buenos Aires querido. Disfruté de todas las cosas, o casi todas, que nombrás y también de otras. Extraño mi walkman, sobre todo extraño la inocencia de aquellos años y me alegro de haberme divertido con cosas como jugar a la escondida, pilladita, la piola, uf tantas, el pata pata!, la leche después de todo el día corriendo, jugando, en la pileta...
Los libros, la música, los guns allá, soda aquí... ahora nadie se acuerda de "uno. dos. ultraviolentos!"
Yo sigo tomando la leche con nesquik che! y habiéndome acostumbrado a la leche al pie de la vaca, cuando volvía a mis pagos nadie lograba hacerme tomar leche con chocolate jajaja

Y los ositos gummi y el jugo de gomibaya?

SALUDOS NOSTÁLGICOS

Anónimo dijo...

te falto el famosisimo SLAM...