Pero momento. Antes que se haga el asadito conversamos, con la panza a medio llenar, sobre cómo desaparecieron un montón de tonteras. Y el primer ejemplo que tiré (la segunda Quilmes ya estaba en la mesa y el olorcito a asado comenzaba a sentirse) fue qué pasó con la denominación “Video Clip”. ¿Por qué ahora nadie llama así a los videos de música? ¿Es muy chino decir esa palabra? Pablín, agarrándose la cabeza, replicó: “¡Noooooo, mirá lo que te acordaste!”. Risas de mi lado y del suyo. Así, la primera evocación al pasado se esfumaba, como la segunda cerveza. ¡Que se venga la tercera! Y vino nomás. Ya helada, ella llegó en el momento justo para el asado. Nuevamente el silencio. Sólo se disfrutaba el sabor (el bajón lo hacía mucho más rico). Entonces, las preguntas regresaron: “¿Qué pasó con las presentaciones de los boliches?”, tiró el Gordo. “No te acordás lo que eran”, siguió, emocionado, a lo Fidel Nadal. “Encima tenías en varios idiomas”. Por supuesto comenzamos a
nombrar los que ponían las mejores intro. ¿Quién no habrá esperado hasta las 3 ó 4 para entrar a bailar, sabiendo que a esa hora el DJ arrancaba la conga, justamente con una presentación, donde la mayoría de las veces terminaba con “Five (5), four (4), Three (3) two(2), One (1)”. ¿O me equivoco?
En síntesis: Gran noche tuvimos con el Gordo (yo soy el "Flaco" eh) Como si fuera poco, con postre incluido: dos poderosas barras de Bon o Bon. Excelente. Espero que se repita, al igual de cómo estoy repitiendo todavía los chorizos.